28 de septiembre de 2010

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Lunes, 21 de Junio de 2010

Se dice que hasta que no pierdes algo importante no te das cuenta de lo que has perdido.

Debido a unos segundos estudios en danza, el curso pasado tras haber finalizado 1º de Bach en el IES Cavanilles abandoné el centro en busca de otro que ofertase el bachillerato nocturno. Dicho así parece que lo tenia muy claro, que apenas me costó tomar la decisión.

Esto no es así, estuve todo el curso barajando posibilidades y por supuesto escuchando miles de opciones. Todas ellas expuestas por profesores comprometidos, por una jefa de estudios muy atenta, y por una directora aun más. Fui ayudada y aconsejada por el departamento de orientación para tomar la decisión más acertada.

Y es que la decisión no era fácil , debía o bien dejar mis estudios de danza que tanto me satisfacían o bien continuar con ellos en horario de mañana y por tanto verme obligada a cursar bachillerato nocturno. No había otra opción si deseaba continuar con la danza, así de compatibles son los estudios profesionales con la enseñanza, en un mundo tan avanzado, más elemental.

Pues bien, por fin un día decidí con el plazo de inscripción del nocturno ya finalizando que debía continuar con la danza y marcharme del instituto que desde los doce años me abrió sus puertas.

Este instituto no solo me abrió las puertas de un futuro sino que además me abrió las puertas de muchos corazones de compañeros, profesores y amigos. Y lo más importante, hizo de mí una persona dispuesta a abrir corazones, a saber disfrutar de conocer a las personas.

Este centro tiene algo muy importante que cada persona que pasamos por el debemos valorar. Tal vez no sea un centro bonito, ni siquiera está bien dotado de materiales de última generación, sin embargo es un centro educativo en el que se EDUCA (Con mayúsculas). Al margen del nivel de estudios, es un centro que forma a personas, personas con corazones abiertos al mundo.

Y es que cuando sales de él te das cuenta de lo que antes tenias. Sin duda yo tenia mil y una oportunidades de abrir mi corazón a personas dispuestas a escucharme, a oirme, a discutirme, a verme bailar, a verme sonreir. Son tantísimas las oportunidades de ser escuchados plasmadas a modo de proyectos, talleres, grupos, equipos…

Así llegan días como el pasado miércoles 16 de Junio que en una clausura de curso de 4º de la ESO me doy cuenta de la belleza de este instituto. Una vez más en un acto más, este centro abre las puertas de su corazón para que todo el mundo disfrute de la humildad, de la inteligencia, de la cotidianeidad, de la inocencia, de la espontaneidad de tantos alumnos dispuestos a terminar un curso encima de un escenario.

Quisieron dedicarnos unos minutos a los tres “pesados” que en todos los actos hemos querido salir, a aquellos que seguramente los papas año tras año reconocerían y pensarían que “estamos en todo”. Dos profesores, a los que sin duda les debo mucho y a los que de ningun modo seré capaz de olvidar, decidieron de algún modo homenajearnos para despedirnos. Pero están muy equivocados, porque a Dani a Carlos y a mí no se nos puede despedir. No les vamos a dejar tranquilos, volveremos el año que viene que si en teatro, en el MEP, en los recitales o simplemente a abrir nuestros corazones y llevar lo que más nos gusta como nuestra música o nuestra danza al instituto.

Quiero dar las gracias a todos aquellos que abrís las puertas de vuestro corazón en este magnífico centro y recordaros que tan solo así podréis ser personas comprometidas con la sociedad, con el mundo real. Cada actividad que hagáis en este centro os va a aportar algo excelente en vuestra vida creedme, así que sin extenderme más aprovechad todas las oportunidades que os brindan.

Sin más, daros la enhorabuena por este modo, tan bien trabajado, de abrir desde la red vuestro corazón a todo el mundo.



Rosa Jiménez Abad

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